COMO EL YOGA ME TRANSFORMO II
- chandrayogaiyengar
- 28 ene 2023
- 5 Min. de lectura
2° parte
por Bellur Krishnamachar S. Iyengar
MIS LIMITACIONES.
Para mi era un gran honor entrar al Colegio para enseñar yoga, sobre todo porque yo no había completado siguiera mi educación en la escuela. Yo estaba pesando aproximadamente treinta y dos kilos, mi pecho medía solo veintidós pulgadas y solo crecía media pulgada después de cada inhalación. Hice frente a la primer humillación cuando los estudiantes del colegio se rieron sarcásticamente de mí al ver mi figura. Irónicamente, su comportamiento me hizo enfrentarlos con coraje y aceptar el desafío. Mi segundo punto débil fue el lenguaje; no era bueno en inglés, ni en mi idioma materno, ni mucho menos en el lenguaje del lugar, Marathi. El tercer punto débil fue la falta de conocimiento teórico y de experiencia práctica. No tenía ninguna calificación, pero estaba forzado a llamarme profesor de yoga. Me enfrenté con dos opciones: adquirir el conocimiento de segunda mano, a través de los libros, o practicar con vigor y determinación para obtener información de primera mano a través de la experiencica subjetiva. Opté por esta última, y comencé a practicar diez horas diarias para comprender cuan poco había aprendido de mi guru.
Pronto, las autoridades del colegio valoraron mi trabajo y dieron una extensión de tres años a mis servicios. Después de esto continué trabajando en forma independiente. El esfuerzo intenso puesto en mejorar mi salud y en la docencia, me ayudaron a obtener lo mínimo para seguir adelante, cubriendo solo mis necesidades básicas. Me llevó años de práctica tener control sobre mi cuerpo. Lentamente fui ganando salud física y estabilidad mental, y mi compresión sobre los problemas de la vida se volvió filosófica. Debo confesar que al principio, mi mente era incapaz de asir las vastas bases del arte y la ciencia del yoga, pero con devoto esfuerzo mi conocimiento creció. Llevó años de paciente y duro trabajo atraer gente de todos los más divertidos caminos de la vida hacia la senda del yoga. Me es imposible poner en palabras todo el sufrimiento que pasé.
DIFICULTADES DURANTE MI PRACTICA.
Mi práctica tan severa causó agonía a mi cuerpo, a mis nervios, a mi mente y hasta a mi mismo. Me sacudía de un lado al otro; a veces el cuerpo se rehusaba a cooperar y otras la mente no quería soportar el dolor. De esta manera oscilaban mi mente y mi cuerpo. Mis energías se agotaban y la fatiga mental asechaba. Si no lo intentaba, el ego crecía sin descanso, y si lo intentaba, el fracaso me conducía al abatimiento. Continuamente la fatiga me hacia colapsar. No podía comer ni beber con comodidad. Dormir era casi imposible debido al dolor, la frustración inquietaba mi cuerpo y mi mente. Hasta el acomodarme se volvía un problema. A pesar de todo, continué practicando yoga durante años, el abatimiento y la duda me atormentaban y mi mente no encontraba descanso en los renovados esfuerzos. Cada día era un tormento, pero la Gracia de Dios me obligaba a hacer otro intento mas por cada fracaso. Como no tenía ningún guía, cometí enormes equivocaciones, pero aprendí a discriminar gracias a la observación de mis propios errores. Cuando las circunstancias me llevaron a vivir solo conmigo mismo, pasé días sin comida. Frecuentemente vivía con una taza de té, pero la llama interna continuaba empujándome a mi práctica diaria con entusiasmo. Lentamente, comencé a sentir que mi cuerpo ganaba resistencia, y que mi met, agitada e quieta, comenza alcazar estabilidad. Si bien comencé mis prácticas en 1934, solo en 1946 un innato interés en el yoga comenzó a nacer dentro de mí.
MI TRANSFORMACION CON LA BENDICION DEL SEÑOR.
Tuve un sueño. Ví al Señor en un sueño. Nuestra deidad familiar, Señor Venkateswara (comunmente conocido como Balaji) me sonrió y me bendijo en el sueño. El señor me dijo que no había otra vocación para mí que practicar y enseñar yoga. El señor me bendijo con una mano y con la otra me entregó unos granos de arroz. La bondadosa Deidad me dijo que de ahora en adelante no tenía que preocuparme mas por mi supervivencia física. Este sueño me dio la esperanza para seguir adelante con mi práctica. La misma noche mi esposa también soñó con Devi Laksmi, quien le entregó una moneda, diciéndole que le estaba devolviendo la misma suma que (Devi Laksmi) había tomado de mí hacia mucho tiempo atrás.
En los días siguientes, alumnos me llamaron para tomar clases; y desde ese entonces las estrellas han estado siempre conmigo y la gracia de Dios continúa acompañándome. Mi único lamente ahora, es no agradecer tanto a Dios como lo maldije en los días de las duras pruebas. Desde 1934 hasta 1946 estuvo sujetado a mí quisiera o no. Hoy soy yo quien se encuentra sujeto al yoga. De todas maneras, desde entonces no ha sido tan fácil como parece.
OBSTACULOS EN LA PRACTICA.
En 1958, comencé a sentir que estaba perdiendo el control en mis posturas. Comencé a sentirme mareado, pesado y rígido. Mi relación con otros yogis, incluyendo a mi guru, no me aliviaban. Solo me dijeron que la vida de casado y la edad tenía un costo. Hasta las posturas hacia delante me resultaban sumamente dolorosas. De cualquier manera, después de tres duros años de práctica, recobré el control, y no lo perdí hasta 1979. En 1979, inmediatamente después de la celebración de mi sesenta aniversario, tuve dos accidentes de scooter. Esto retrasó mis avances, que tuve que retomar el yoga de cero como si fuera un bruto principiante.
Todos mis dolores y afecciones reaparecieron . Me llevó ocho años de pelea recuperar el control sobre mi mente y mi cuerpo. Nuevamente, esto fue gracias a mi determinante esfuerzo por volver al yoga, hoy el yoga me honra por abarcarlo con reverencia.
EL EFECTO Y EL PODER DEL YOGA.
Aún habiendo hecho todos estos esfuerzos, no puedo decir hoy por hoy, que domine este arte y esta ciencia. Cuanto mas trabajo en dirección al refinamiento, más insignificantes parecen ser mis esfuerzos, y siento que esa perfección debe ser aun mucho más enriquecida. En ese sentido estoy aprendiendo a estar feliz con ese divino descontento que me conduce hacia delante. La práctica conduce a mi mente cada vez mas cerca del centro de mi ser.
MI CONSEJO.
Con el relato de esta experiencia, quisiera darles a ustedes todo el coraje para que, aunque la perfección trate de esquivarlos, nunca reduzca sus esfuerzos. La disciplina yóguica me elevó desde un niverl sub-humano y me convirtió en un hombre de confianza, sincero en mis esfuerzos, fuerte y honesto, claro en mi pensar y limpio de conciencia.
Si yo no hubiera estado pegado al yoga y yoga a mí, probablemente éste arte no se hubiera vuelto accesible a la gente promedio, ni se hubiera vuelto popular. Me hubieran pasado por alto rotulado de loco en los primeros años de mi vida (deben perdonarme por decier esto). Ahora soy el hombre más felis sobre la faz de la tierra, ya que soy, junto con muchos de mis alumnos, quien lleva el mensaje del yoga en forma de salud físico, aplomo metal, claridad intelectual y cponsulelo espiritual, a millones y millones de personas en el mundo entero. Es el yoga que me guía en mi sadhana para alcanzar a Dios en su totalidad. Si el yoga fue capaz de lograr tanto en mí, que no fui particularmente bendecido con buena salud, ni buena alimentación en mi temprana edad, no es difícil imaginar cuanto puede ayudar a quien comience su práctica en mejores circunstancias.
Sin duda el arte y la ciencia del yoga son vastos, y el progreso pareciera ser muy, muy lento. Según los estudios hechos por los doctores se suponía que, debido a la tuberculosis, yo viviría solo veinte años; pero la práctica del yoga no solo me permitió vivir una vida plena de satisfacciones y alegría, sino que me hizo llevar el mensaje del yoga alrededor del mundo entero.
Aunque la edad se hace sentir sobre mi, estoy aún experimentando nuevos sentimientos. No dudo en compartir la luz de mis nuevas experiencias con mis alumnos. Vivo en mis células y en mi corazón. Quisiera practicar yoga hasta mi última respiración, como un humilde servicio al yoga. Mi único deseo es postrarme ante Dios, suplicando mi última respiración en una postura de yoga.

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